Este año no pudimos juntarnos en el patio del colegio, el tiempo desapacible no acompañaba, pero por suerte nuestro enorme salón de Actos dio cabida a la comunidad educativa del Colegio donde pudimos recordar la importancia de construir una sociedad fundamentada en la Paz.
La Paz no es algo que recordemos los 30 enero y que no nos preocupe más durante el resto del año. La Paz es algo tan importante que debe estar metida en el tuétano de nuestros huesos y por su importancia merece que le dediquemos un día especial durante el curso a aquello que tratamos de construir cada día. Cada día, cada semana, cada mes, en cada clase, en cada recreo la Paz es necesaria para permitir que las personas sean felices. No se puede crecer en felicidad sin paz.
La Paz en el hogar, la paz en el colegio, la paz en la calle, la paz entre las naciones del mundo … Puede que parezca ingenuo pretender que una sola persona pueda marcar la diferencia, pero así es. ¡Tú marcas la diferencia!, cada uno de nosotros la marcamos. Y la marcamos cuando Practicamos la gratitud, cuando ofrecemos nuestra ayuda, cuando compartimos, cuando esperamos cosas buenas de los demás, cuando no criticamos de manera destructiva, cuando no nos mostramos agresivos y cuando hablamos bien de los demás. Con todas estas actitudes hacemos crecer la Paz que de este modo ya no es algo tan abstracto. Así los diez meses del colegio se transforman en doce cada año y la suma de esos años se convierte en una vida.
La Paz en el hogar, la paz en el colegio, la paz en la calle, la paz entre las naciones del mundo … Puede que parezca ingenuo pretender que una sola persona pueda marcar la diferencia, pero así es. ¡Tú marcas la diferencia!, cada uno de nosotros la marcamos. Y la marcamos cuando Practicamos la gratitud, cuando ofrecemos nuestra ayuda, cuando compartimos, cuando esperamos cosas buenas de los demás, cuando no criticamos de manera destructiva, cuando no nos mostramos agresivos y cuando hablamos bien de los demás. Con todas estas actitudes hacemos crecer la Paz que de este modo ya no es algo tan abstracto. Así los diez meses del colegio se transforman en doce cada año y la suma de esos años se convierte en una vida.
